Sábado, 19 de Febrero.

Hoy sábado ha amanecido como a Manuel Binoy le gusta que amanezcan los días y los meses y los años y las vidas futuras que están por venir y que no tardarán mucho tiempo en llegar, con mucha luz en el cielo, una excelente temperatura en el ambiente , la humedad relativa del aire en su sano y justo equilibrio y la cabeza y el corazón en perfecta armonía con todo aquello que se mueve y existe a nuestro alrededor; a las ocho menos diez de la mañana, puntuales como un clavo, en la esquina convenida, ya me esperaban, para ir a correr, Marina Prat, !bien!, Toni Sánchez, !bien!, y Xavier Vera, !bien!; al final hemos hecho doce kilómetros de montaña pura y dura; el circuito era lo más parecido a una de esas montañas rusas que suelen encontrarse en los parques de atracciones, subidas y bajadas continuas, desniveles, constantes cambios de ritmo, excelentes vistas, fauna salvaje, alguna que otra ardilla cruzándose por delante de nuestros pies y encaramándose a un árbol a la velocidad de un rayo y muy buenas sensaciones por el entreno realizado y por el buen rollo y la sincera amistad que nos une y nos seguirá uniendo hasta el final de nuestros días y tal vez hasta más allá de los tiempos que todavía están por descubrir; por la tarde he salido a correr en solitario por el paseo marítimo y una vez más bajo una tenue pero persistente cortina de agua he completado un total de once kilómetros con cinco subidas a la ermita de Sant Cristófol y dos cambios de ritmo de siete minutos; resumen final de la jornada: que no me puedo quejar; buen descanso a todos y que los entrenos y las competiciones de mañana os dejen un buen sabor de boca.