Después de la intensa, emotiva, sincera y esclarecedora conversación que ayer mantuve con mi cuerpo ésta mañana hemos salido a correr los dos, cuerpo y cerebro, como si fuéramos uno solo, la unidad en sí misma, es decir, perfectamente compenetrados y acoplados, sin protagonismos personales que no conducen a nada y sólo tienen como resultado final el caos, el desorden, la desunión y las malas sensaciones; en dicha conversación le reconocí mi parte de culpa en el mal entreno del viernes pasado, le dije que tenía más razón que un santo elevado a la categoría de milagrero y no me sentí menos hombre ni menos valiente cuando le confesé que lo necesitaba más que a nada y a nadie en el mundo y que sin él yo no era nada, menos que un cero a la izquierda y bastante menos que una cerilla sin fósoro; como cerebro que soy, le dije, puedo pensar, soñar, imaginar, crear, relacionar, interpretar, justificar, almacenar, ordenar, dirigir, controlar... pero en esa lista tan extensa de cosas que puedo hacer hay una que no está y hasta que la ciencia no lo remedie seguirá sin estar durante muchos años y esa cosa que tanto deseo y que tanto necesito y que de ninguna manera puedo hacer sin la ayuda de mi cuerpo es correr; no puedo correr sin tí, le repetí varias veces; te necesito al cien por cien, dependo de tus piernas, de tus brazos, de tus músculos y de todos y cada uno de tus tendones; eres la casa donde habito, la carrocería que me protege de los peligros del exterior y es verdad que en muchas ocasiones me olvido de tí y menosprecio la importancia que tienes en mi vida; a partir de este momento, le prometí, te cuidaré mucho mejor de lo que lo he hecho hasta ahora y te escucharé muy atentamente cada vez que tengas que decirme algo; es cierto; casi todos los días, cuando termino de correr y lo hago contento y feliz y lleno de euforia, tiendo a pensar que ha sido gracias a mi voluntad, a mi tesón, a mi constancia, a mi afán de superación y a la fe y a la confianza que tengo en mis posibilidades, y muy pocas veces, por no decir nunca, pienso que nada de esto sería posible sin tí; reclamo para tí, cuerpo mío, el valor y el mérito que realmente te mereces y espero y deseo de todo corazón que los veinte kilómetros que hemos corrido y disfrutado juntos esta mañana sean el inicio de una relación basada siempre en el buen rollo, en el mejor entendimiento y en el más sano de los equilibrios posibles. (Cierro la semana con un total de 96 kilómetros; joder, si hubiera llevado mejor las cuentas ésta mañana mi cuerpo y yo hubiéramos hecho cuatro más para llegar a los cien; pero bueno, tampoco hay que rizar tanto el rizo.)
Si es que tu cuerpo de vez en cuando quiere mimos y estar fresquito...
ResponderEliminarBuena entrada Manuel y me alegro que tu cuerpo y mente hayan ido bien.saludos.
ResponderEliminarHola Manuel, el verano fue apretado y sin tiempo blogero , espero que este curso vuelva a ser igual que el pasado, hare lo que pueda.
ResponderEliminarMe gusta leerte y te voy conociendo mas cada dia y me gusta tu filosofia runeril, genial .
una cosa, no se si alguna vez te lo dije, y aunque cada uno tiene su sello blogero....si pusieses alguna foto tuya entrendo seria ya un 11 tu blog y no un 10 ;D
un abrazo y de verdad que ansio el dia de volver a verte !!! buenos entreno !!!!!!
una pena no llegar a las tres cifras, y todavía te quejas. Un saludo
ResponderEliminarManuel,
ResponderEliminarcom se dice por aqui,
todo queda bien cuando termina bien
me alegro
buena semana
Tras un tiempo de desconexión, reconforta saber que las cosas buenas no cambian, tu fuerza para hacer esas kilometradas semanales nos motivan a los demás a seguir, un abrazo campeón!!
ResponderEliminarMe encanta que os compenetréis... con tu permiso copio tu estilo en mi primer párrafo.
ResponderEliminarGenial!!!, Manuel.
Mens sana in corpore sano, una simbiosis perfecta entre cuerpo y cabeza, dejemos que se peleen las zapatillas con la gorra... :)
ResponderEliminarVuelta a la normalidad entonces? Si es que no hay nada como estar en armonía con el mundo.
ResponderEliminarMe alegro que hayas vuelto a recuperar las buenas sensaciones, aunque creo que nunca las has perdido ;)
Manuellllllll,no me bajes los km de 100 que me mosqueo....jajajme alegro que estes en paz y con buen rollo con tu mente y cuerpo....me parece de p..m....sigue así que es bueno.....saludos kiko
ResponderEliminaruff que pasada de Km, como se nota que estás muy en forma, eso no lo hace cualquiera. Un abrazo!
ResponderEliminarHas completado una buena semana de entrenamientos y lo mejor de todo es que has vuelto a encontrar ese equilibrio tan importante del que hablas (cuerpo + mente) que hace que disfrutes en cada uno de los kilómetros que recorres.
ResponderEliminarSigue así crack!
buen entreno, hoy el juanmi y yo nos hemos acordado de ti y de tus jabalis..jejeje..abrazos
ResponderEliminarAmén Manuel. A veces menospreciamos las llamadas de socorro o advertencia de nuestro cuerpo y por lo general eso suele conducir al error y a las temidas consecuencias que ningún corredor quiere conocer. Escuchar al cuerpo es imporante, conocer nuestras limitaciones también, buscar el equillibrio entre límites es un arte que no siempre está a nuestro alcance. Y por qué? A veces por poner mucho corazón, a veces un exceso de confianza, a veces inconsciencia, y otras un riesgo calculable que nos resultó esquivo. Como sea, esta es nuestra lucha y lo que nos atrae de esta afición.
ResponderEliminarPues con lo complicado que es de por sí, en condiciones normales, aunar mente y cuerpo, que lo lograras ya es un exito...Me cachi esos 4km!!!jajajajaja
ResponderEliminarManuel bien equilibrado es fundamental para disfrutar realmente.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
¿Como puedes hacer 96 kms a la semana y lograr escribir de forma tan natural? yo me habría quedado con toda seguridad sin ningún tipo de combustible para el cerebro, jeje.
ResponderEliminarMe ha encantado tu entrada, es admirable lograr hacernos leer del tirón y con tanta naturalidad cada frase que has escrito.
Saludos.
Hola, Manuel. Saludos a Airemi, a tu cerebro, a tu cuerpo, al diplomático que la armó en Brasil y tuviste que hacer de mediador (no sería mal chico, pero los efectos de la fiesta...).También al personal del laboratorio de cobayas que se cerró, pero encontrarán trabajo, ya verás.Cerebro y cuerpo deben ser amigos; dale un poco de "coba", "báilale el agua" a tu cuerpo, para que se lleven bien los dos. Al cuerpo lo necesitamos y a ti te pasa como a mi con D.Sufrimiento Pérez Martínez que como me ayuda con el agua, le tengo que hacer la pelotilla...¡Ah! Pero sin perder la dignidad, no faltaba mas. Por si esta sugerencia te sirve, un cordial saludo y que sigas con tan buen homor.
ResponderEliminarHay veces aunque no nos guste, tenemos que darle descanso al cuerpo, por Mucho que nuestra mente nos diga, que desea darle a la zapatilla. Un saludo, y decir que has realizado 7km más que yo, en el computo de la semana
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