martes, 28 de abril de 2009

Martes, 28 de Abril

En una de sus mejores novelas Manuel Tintoré escribe que lo más inteligente que podría hacer Sinibaldo, protagonista absoluto de la historia, joven escritor obsesionado con la idea de alcanzar la perfección estilística, sería entrar en una iglesia vacía a las seis de la tarde, recorrer el largo pasillo hasta el altar, hincar las rodillas en el suelo, cruzar las manos con devoción religiosa, pedir perdón por los muchos pecados cometidos y acto seguido pegarse un tiro en la sien, es decir, volarse la tapa de los sesos sabiendo que después de haber apretado el gatillo viene el silencio, la paz, la posibilidad de seguir viviendo con los ojos cerrados sin necesidad de seguir soportando el estúpido comportamiento, la falsa modestia de toda esa gente desconocida y amorfa que lucha y trabaja y no quiere entender que en el fondo no somos más que basura, pequeñas gotas de asco tristemente suspendidas de un hilo frágil e incómodo, insignificantes gusanos de tierra en busca de un destino con sabor a manzana podrida, hombres y mujeres procreando regularmente hijos abasurdos y despersonalizados, inumerables trozos de carne magra en avanzado estado de descomposición andando de un lado para otro sin importarles demasiado que un honbre de su edad haya perdido la capacidad de creer en la vida, la capacidad de creer en la gente, la capacidad de creer que mañana por la mañana todo será diferente y el sol saldrá como cada día... Perfecto, me parece genial. Cuando uno ha quemado todas sus naves detrás de sí, cuando los límites del camino de vuelta han desaparecido y se han esfumado de la mente la esperanza, la ilusión y las ganas de seguir luchando, entonces sólo queda la muerte, el suicidio si ésta no viene de forma natural, como única alternativa posible y máxima solución a todo. Alargar el aburrimiento y la desidia no sirve de nada, no conduce a ningún sitio, es una pérdida de tiempo, querer sufrir innecesariamente. Un poco más tarde. Diez y media de la noche. Me desdigo de todo lo que escribí ayer. Esta tarde he salido a correr con la intención de comprobar hasta qué punto era importante la molestia de la pierna izquierda y después de una hora y quince minutos de rodaje suave puedo estar contento y lo estoy. No creo necesario estar unos días en el dique seco. Gracias a dios, en el caso de que exista, no hay nada que reparar en mi cuerpo. Me encuentro bien y apenas noto nada en mis isquiotibiales.

1 comentario:

  1. Sr. Manuel Binoy:

    En su anterior mensaje del pasado lunes, 27 de abril de 2009 usted hacía referencia a las enseñanzas que reciben los monjes tibetanos antes de ser admitidos en el Templo de Lasa y se refería usted a los mensajes y claves que emite nuestro cuerpo y la importancia de saberlos escuchar e interpretar adecuadamente…
    Y aunque su vocación no es, evidentemente, ingresar de por vida en un templo sagrado y reencontrar su espiritualidad más elevada. Le recuerdo que no es aconsejable usar las enseñanzas de los grandes maestros en función del estado de ánimo en el que uno se encuentra y después desdecirse alegremente de lo manifestado con anterioridad.
    Así que en el bien entendido de que Ud. ha actuado con la mejor de las intenciones y salvaguardando su integridad física y mental, me permito recodarle lo siguiente:

    Buda nos dice que los humanos están ligados al sufrimiento de distintas formas.
    •El sufrimiento, el dolor (duhkka), la insatisfacción. Son características que marcan nuestras vidas, debido a la ignorancia de las verdades más profundas, pero las mismas sensaciones o condiciones agradables causan también sufrimiento e insatisfacción cuando llega a su fin.
    •Sufrimos con: el nacimiento, la muerte, la vejez, al separarnos de lo que amamos, al estar unidos a lo que nos desagrada y al no conseguir lo que queremos.
    •Toda la raiz de este sufrimiento es la sed egoísta de ser, de existir, de poseer, el deseo, el apego a quienes deseamos, los placeres de los sentidos, la fama, el poder, los ideales, las opiniones…..etc..
    Pero todo este camino que nos conduce a la sensación del sufrimiento, es el camino del medio, es aquel que halla entre los extremos sin inclinarse así ninguno de los lados, el que busca los placeres de los sentidos y a la vez la automortificación; este camino está indicado por el Noble Octuple sendero y este a su vez es el 4 de las Cuatro Nobles Verdades advertidas por el Buda en el momento de su iluminación.

    El método enseñado por Buda que afirma las cuatro nobles verdades e nuestra existencia, las cuales deberán ser comprendidas e interiorizadas por el seguidor.
    1. El sufrimiento (sufrimiento, insatisfacción, incertidumbre, dolor) es inherente a la vida.
    2. El origen del sufrimiento está en los deseos que provienen del ego.
    3. El sufrimiento puede ser extinguido (Nirvana) extinguiendo su causa.
    4. Para extinguir el sufrimiento debemos seguir el Noble Óctuple Sendero.

    Por lo tanto, queda Ud. sometido a la disciplina del sufrimiento como redención a su actitud manifiestamente voluble y la penitencia que se la impondrá consiste en:
    12 series de 400 m. divididas en tres grupos de 4 repeticiones con un intervalo entre cada grupo de 3 minutos y entre cada serie de 1 min.

    Dichas series las deberá realizar bajo supervisión y asumiendo con pleno gozo el sufrimiento físico y espiritual que supondrá para su cuerpo mortal (Isquiotibiales incluidos) dicho esfuerzo….

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