lunes, 27 de abril de 2009

Lunes, 27 de Abril

En pleno uso de mis facultades mentales, y siendo mayor de edad desde hace treinta y cuatro años, el que suscribe, es decir, yo mismo, comunico a quien pueda interesar, es decir, a nadie excepto a mi otro yo, que a partir de hoy voy a estar unos cuantos días sin correr no porque haya perdido las ganas y la motivación, sino porque el sentido común, la experiencia y una ligera molestia en la parte posterior del muslo derecho así me lo aconsejan y recomiendan. Saber escuchar e interpretar a tiempo los mensajes que nos hace llegar el cuerpo a través de los músculos es una de las primeras enseñanzas que reciben los monjes tibetanos antes de ser admitidos en el templo de Lasa, antesala de la sabiduría suprema . No soy monje, no soy tibetano, hoy por hoy no tengo ninguna intención de entrar en ningún templo sagrado, pero es mi deber reconocer que estoy totalmente de acuerdo con ellos. Desoir a tu propio cuerpo, no hacerle caso cuando protesta, pasar por alto sus quejas y omitir sus avisos es una tremenda equivocación, un craso error que inevitablemente puede llevarte a futuras lesiones complicadas y difíciles de subsanar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario