domingo, 26 de abril de 2009

Domimgo, 26 de Abril

Tal y como habíamos decidido días atrás, Eaglerun y un servidor, ésta mañana hemos ido a correr la XVII Mitja Marató Ciutat de Lleida, y desde que nos hemos despertado a las seis y media hasta que han dado el pistoletazo de salida a las diez no ha parado de llover ni un solo minuto; ha llegado a caer tanta agua del cielo en tan poco tiempo que mientras nos dirigíamos en coche a la capital del Segre teníamos serias dudas de que pudiéramos tomar la salida; ha sido impresionante; a medida que nos adentrábamos en el interior de la terra ferma las nubes eran cada vez más negras y espesas, oscuras como la noche más cerrada, amenazándonos con dejar caer más y más agua y sin poder correr una media que no habíamos hecho nunca y que teníamos muchas ganas de hacer, no porque nos gustara especialmente, sino porque los entrenos que estamos haciendo últimanente nos están dejando muy buenas senaciones y hoy era un día propicio para dar fe de nuestra excelente foma física y mental y así ha ocurrido. Ha dejado de llover en cuanto han dado la salida y los primeros cinco kilómetros los hemos hecho a un ritmo muy vivo y alegre, íbamos muy bien, controlando las sensaciones, codo con codo, adecuando las respiraciones, algo sofocados al principio, pero sabiendo que a esa velocidad de crucero llegaríamos a la línea de meta parando el crono en un tiempo más que aceptable. Así ha sido en el caso de Eaglerun. Ha hecho una carrrera perfecta, una hora treinta y cuatro minutos veintidós segundos, mejor marca personal. A la altura del kilómetro seis, antes de empezar el tramo más duro del recorrido, los isquiotibiales de la pierna izquierda han empezado a molestarme y esa circunstancia, en contra de mi voluntad, me ha obligado a bajar el ritmo considerablemente y ante la amenaza de una futura lesión le he dicho a Eaglerun que se fuera y no me esperara y a partir de ese momento he seguido corriendo más relajado y tranquilo, disfrutando del paisaje, acortando la zancada, hablando con uno y con otro, olvidándome del reloj y al final parando el crono en una hora y cuarenta y dos minutos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario