sábado, 10 de enero de 2009

Sábado, 10 de Enero

Ayer no hice absolutamente nada de provecho. Llegue tarde a casa, me senté en el sofá, encendí la televisión y a partir de ese momento empezó mi ruina. Me quedé dormido a los diez minutos de haberme sentado, me desperté al cabo de unas cuatro horas, me fui a la cama y esta mañana me he despertado con una tremenda sensación de fracaso en la boca, envuelto de remordimientos, echándome la culpa por haber perdido el tiempo de una manera tan tonta, diciéndome a mí mismo que nunca más volverá a ocurrirme una cosa parecida. No soporto dejarme vencer por la pereza y la tontería. Debería haber hecho algo, cualquier cosa, salir a correr, bicicleta, terminar de leer El capitán Ala Triste, todo menos asomar la nariz a la ventana de la desidia. En otro orden de cosas debo dejar constancia en este diario el hecho, para mí muy importante, de que mi relación con Airemi va viento en popa, sin ningún contratiempo, cada día más convencido de que hay un futuro a la vuelta de la esquina, doblando la siguiente pared. Mañana domingo la media maratón de Sitges. Ya veremos qué pasa. De momento las previsiones metereológicas apuntan sol y ligera subida de temperaturas.

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