Estimada señorita Prudencia Wells: le escribo en nombre de mi señor el gran visir Tintoré"Le fou" y si no lo hace él personalmente no es porque no lo desee fervientemente, sino porque a pesar de que el curso de ortografía al que está asistiendo ya está a punto de finalizar todavía no las tiene todas consigo y se moriría de vergüenza si tuviera que escribirle una carta de su puño y letra en las que con toda seguridad las faltas de ortografía serían más numerosas que las partículas de Hache dos O en el Oceáno Pacífico; es por ello que me pide que le envíe un beso de parte de sus labios y que sintiéndolo en lo más profundo de su corazón le haga saber que no la acompañará en ese viaje que tan amablemente y con tan buenas intenciones le ha organizado; debe saber tan bien como yo que nuestro señor no es amigo de moverse demasiado y no le gustan los cambios ni alejarse mucho de su lugar de residencia; la mayor parte de su vida ha sido una búsqueda casi obsesiva de la rutina y de la constancia entendida como el camino más directo a la tranquilidad y ahora que por fin está disfrutando de ellas teme perderlas si cambia de hábitos aunque sólo sea por un corto período de tiempo; también quiere que le diga que no se preocupe ni por él ni por el estado físico de su persona; está contento, relativamente feliz y a gusto consigo mismo, descansando estos días de correr, pero ya me ha hecho saber que el domingo por la mañana se calzará sus inseparables Nike Pegasus 28 y dejará atrás todo lo que tenga que dejar y volverá a ser el runner serio y metódico que a usted y a mí tanto nos gusta que sea; por cierto, y esto último que quede entre usted y yo, si tenemos en cuenta que ya tiene los billetes y la reserva del hotel hecha me atrevo a sugerirle que no sería una mala idea aprovechar la circunstancia y siempre y cuando a usted no le moleste viajar en compañía de un humilde escriba fariseo podríamos concretar hora y día y lanzarnos a la aventura; quién sabe, la historia de la humanidad está llena de amores imposibles que al final han acabado materializándose a pesar de las diferencias, sin otro particular y agradeciéndole su interés y sus muestras de amistad mi señor el gran visir Tintoré "Le fou" se despide de usted enviándole un beso en la frente y yo sigo manteniendo viva la esperanza; nunca he viajado en el Transmongoliano y menos todavía en compañia de un pedazo de mujer como usted. (En la fotografía, Prudencia Wells; su sola mirada bien vale nueve mil kilómetros.)
Que acelere el gran visir ese curso de horticultura, porque como se vaya de viaje con la señorita Wells el amigo escriba, la que se va a liar... ;)
ResponderEliminarA ver, por partes.
ResponderEliminarEscribano:
1º- Tiene usted el rostro más duro que el hormigón de las presas.
2º- No es ud. en absoluto un digno merecedor de las atenciones con las que tan inlustre dama, la Srta. Wells pudiera agasajar a su señor.
3º- El acto de traición conyugal es castigado con pena de tortura y destierro en el reino de su señor y en todos los reinos del mundo.
3º- Rece ud. al dios/es en los que crea para que el gran Visir no lea jamás este escrito.
4º- Debe conformarse con tener el privilegio, no solo de servir a su señor en lo que a los temas de redacción se refiere si no a lo que se le antoje si ud. fuera requerido para otros menesteres que a su excelencia le parezcan.
VISIR:
1º Solo un único punto para vuecencia si es que pueda llegar a leer esto algún dia y el traidor de su escribano no lo manda a la papelera de reciclaje: agradecido con su ofrecimiento de los perros afganos para el día de la carrera déjeme ofrecerle a su ilustrísima por mi parte una manada de Linces-Ibéricos-Madrileños, los cuales entreno a base de pasar hambre y calamidades varias para si los quisiera utilizar contra su escribano. Le advierto que llevan varios días pasando hambre.
Si falla Prudencia siempre le quedará Paris, o las Pegasus 28.
ResponderEliminarQue le corten la cabeza a ese Escribano!. No merece tener tal Señor. Sirvan en bandeja de plata la cabeza de este rufián y enviasela a la a ofendida Srta. Wells. Haremos llegar este escrito a su Señoria el Gran Visir, para que tenga constancia de quien es su Escribano y como se las gasta este sujeto.
ResponderEliminar9.000 o 100.000. Y si no pa'mi. :)
ResponderEliminarYa quisiera yo conocer para mi a esa bella dama llamada Prudencia. Que tire la primera piedra el que nunca ha deseado estar con tal señora... Bueno: ya empiezo yo tirando la primera.
ResponderEliminarPues si su Sr. no quiere compartir semejante viaje con dicha mujer, hace Ud. muy bien en aprovechar en cortejar a dicha dama, que la vida son dos días y hay que aprovecharlos¡¡¡¡
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