domingo, 8 de enero de 2012

La fotografía que ilustra la entrada de hoy domingo expresa mejor que cualquier descripción linguística cómo el destino se ha burlado  ésta mañana de mi señor el gran visir Tintoré "Le fou"; que no le pase nada al destino; después de hoy no volverá a ser el mismo y tendrán que pasar muchas lunas antes de que pueda recuperarse de la venganza que sin duda alguna le infringirá mi señor; nadie, y repito lo de nadie, se ríe y se burla de mi señor sin sufrir las represalias que su buen juicio dictaminará en cuanto lo crea oportuno; la cosa ha sido así: después de un sueño reparador de siete horas ininterrumpidas, mi señor el gran visir Tintoré "Le fou" se ha despertado con fuerzas renovadas, animado y descansado después de las horas de pasión y desenfreno vividas en  el día de  ayer; antes de abrir los ojos a la mañana y de poner los pies en la alfombra persa que rodea su lecho, regalo del antiguo emperador del Irán, ya había decidido salir a correr con la idea de completar una tirada larga, de unos veinticinco kilómetros aproximadamente, por la carretera de Las Aigues y alrededores; ha empezado bien, a buen ritmo, zancada a zancada, disfrutando del aire y de la buena temperatura a pesar de un frío apenas perceptible; todo se iba desarrollando sin mayores complicaciones y los kilómetros iban cayendo como racimos de uva excesivamente maduros en las cepas o como los enemigos de mi señor cuando cometen la osadía de importunarlo; nada hacía presagiar lo que ha sucedido después; ningún designio, ni humano ni divino, se dibujaba en el cielo de nubes y a priori ninguna dificultad física impediría que mi señor finalizara el entreno con total satisfacción, pero ya se sabe que en ocasiones, y por razones inexplicables, la suma de dos más dos no nos da cuatro y el resultado puede ser de ocho o de doce, y eso es exactamente lo que ha sucedido, que en lugar de  veinticinco han sido diecinueve; un enemigo que mi señor conoce bien y al que nunca ha podido vencer a pesar de poseer uno de los ejércitos más numeroso y  mejor armado del mundo, lo ha asaltado en pleno esfuerzo, se ha instalado en el centro neurálgico de su voluntad y en cuestión de pocos segundos lo ha paralizado y de un solo plumazo le ha quitado las ganas de seguir corriendo, lo cual ha dejado a mi señor abatido y cabizabajo, ligeramente cabreado consigo mismo y prometiéndose que la próxima vez pondrá todos los medios a su alcance para no dejarse  sorprender de una manera tan ingenua y vergonzosa.

6 comentarios:

  1. Pensaba que hasta los grandes visires sufrían del punto 8... Pero veo que no es eso... :) Si fue la vieja conocida Prudencia Wells, bienvenida sea.

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  2. NO ESTA MAL AMIGO, QUIZÁS MAÑANA ESTE MAS FUERTE Y NO TE PUEDAS DETENER CUANDO DESEES.

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  3. Eso pasa en las mejores familias , sale uno un dia a tope de bien y sin saber porque se viene abajo todo , la pajara de los cojo...,saludos

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  4. Ya te lo comentaba en el comentario que te dejé en mi entrada de hoy... esto es duro y no siempre está uno igual. La suerte es que mañana habrá una nueva oportunidad para hacer lo que nos gusta. Saludos!

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  5. Un día "no tan bueno" lo tenemos tod@s! Por eso no hay que desafiar al destino que seguro que el próximo domingo te recibirá dispuesto a complacerte.

    Un abrazo,

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  6. Un día malo ... pero ya ha pasado, a ver que tal mañana. Menos mal que mañana es otro día. Si siempre salieran las cosas como queremos no tendría tanta gracia.

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