Creo no exagerar lo más mínimo si digo que hoy ha sido el día más feliz de mi vida; he esperado tantos años a que llegara este momento, lo he deseado con tanta fuerza, he imaginado la situación de tantas maneras diferentes y he pasado tantas noches en vela rogándole a dios que Manuel Binoy entrara por esa puerta y se fijara en mí, que ésta mañana, a las doce en punto, en cuanto lo he visto entrar se me ha hecho un nudo en la garganta y se me ha cerrado la boca del estómago; mis compañeras se han dado cuenta de ello, me he puesto a temblar como lo haría una quinceañera, mi corazón ha subido el ritmo de palpitaciones, mis ojos no podían dejar de mirarlo, quería fundirme y esconderme, pero algo superior a mí me empujaba a quedarme quieta y seguir en mi percha; he escuchado cómo preguntaba a un dependiente dónde estaba la sección de atletismo y a los pocos segundos ya estaba enfrente de mí, justo delante mío, qué momento, alargando su mano derecha y cogiéndome con sus dedos finos y delicados; la envidia de mis compañeras iba en aumento, la expresión de sus caras las delataban, pero a mí ya me daba igual; por fin estaba con él, había sido la escogida, la preferida entre todas, la que más le ha gustado, ya era suya y a partir de ese instante formaría parte de su vida; no tengo palabras para expresar con toda la exactitud el sentimiento de felicidad que me ha innundado cuando me ha colocado sobre su cabeza, se ha bajado ligeramente mi visera y ha murmurado me quedo con ésta; ya sé que soy una simple gorra y que no se puede esperar mucho de mí, pero nada ni nadie en este mundo me podrá quitar nunca el recuerdo del primer día que he salido a correr con él; ha sido esta misma tarde; nada más llegar a su casa se ha cambiado de ropa y encasquetada en su cabeza lisa y redonda hemos completado un total de quince kilómetros de carrera continua; por cierto, me llamo Kalenji, soy blanca y negra a partes iguales y aunque me esté mal el decirlo encima de su testa quedo divina de la muerte.
Un placer Kalenji. Aunque te espera mucho trabajo, prepárate para lo muchísimooo que vas a disfrutar!! Un gran triunfo haber sido la elegida.
ResponderEliminarUn honor el tuyo, te va a dar el sol hasta hartarte cubriendo esa calva y sabia cabeza
ResponderEliminarImagino que la gorra te durará bastante más que las zapatillas, que seguramente gastarás cuatro o cinco pares al año, si no más...
ResponderEliminarEspero que las otras gorras puedan superarlo... Ha debido ser tan emocionante para ellas pensar por un momento que podían haber sido las elegidas...
Que disfrutéis mutuamente del placer de correr!
ResponderEliminargran entrada.
ResponderEliminarAhora ya irás de gorra.
A disfrutarla con cabeza.
Encantada, Kalenji. Ya nos irás contando las correrías de este gran tipo.
ResponderEliminarGenial entrada, una vez más, Manuel. Nos leemos. Saludos.
La pobre Kalenji no sabe lo que le espera, pero estoy segura que se acostumbrará rápido y luego será un problema quitártela de encima Manuel!
ResponderEliminarbss
Tania
Una entrada de película!!!MIentras mi pie rueda una y otra vez sobre la botella congelada la sonrisa asoma a mis labios.
ResponderEliminarPobre Kalenji...va a hacer más kilómetros que el baúl de la Piquer.
ResponderEliminarSencillamente genial la entrada. Me encanta me encanta me encanta. Manuel no estas mal acostumbrendo, vaya lección de creatividad y originalidad nos acabas de dar, tu y tu gorra kalenji. repito sencillamente genial, como el que la escribe. Un abrazo socio.
ResponderEliminarEsto es como una peli que se crea un suspense y climax hasta el final, que se descubre todo el pastel.
ResponderEliminarBravo por la narración de hoy.
No le queda nada que sufrir a la kalenji esa durante estos días de verano ;)
Muy buena entrada, Manuel, ahora a darle guerra a la gorra.
ResponderEliminarJODER MANUEL LO HE TENIDO QUE LEER VARIAS VECES,ERES UN CRACK EN ENTRADAS UN SALUDO.
ResponderEliminarMaravillosa entrada!!!
ResponderEliminarEsa gorra es muy afortunada. No todos los días se tiene la oportunidad de cubrir la cabeza de un deportista como tu y protagonizar esos tremendos rodajes que te metes.
Y despues de tu narración ya te estoy imaginando hablando con ella mientras corres ;D
Qué buena entrada! ni Kafka lo habría hecho mejor, Kalenji lo va a pasar mal cuando llegue el invierno y se vaya de vacaciones al armario...esperemos que no coja kilos, jeje.
ResponderEliminarSaludos Manuel!
Hola Manuel, nunca pensé que una gorra pudiera sentir tanto....seguro que esa Kalenji se sentirá muy agustito en tu cabeza dando sombrita al gran Manuel Binoy.
ResponderEliminarUn saludo
Quique
¡Enorme!
ResponderEliminarMe ha encantado, confieso que no tenía ni idea hasta pasadas varias líneas de quien era la protagonista de la entrada.
¡Un saludo!
Kalenji, enhorabuena porque has sido agraciada al ser elegida por un gran runner, vas a vivir unas experiencias increíbles que espero alguna vez nos comentes.
ResponderEliminarUn saludo
¿Qué nos vas a escribir cuando Elsa Pataky te entregue el trofeo de ganador de no sé qué carrera con su correspondientes dos besos?
ResponderEliminarjejeje, se va a hinchar esa simpática gorra a hacer kilómetros, un saludo.
ResponderEliminarNo saben en Kalenji que una de sus gorras ha sido elegida como banco de pruebas para aguantar lo indecible......
ResponderEliminarSol, lluvia, frio, calor, madrugadas, y.................kilómetros y kilómetros y kilómetros y..................
Afortunada gorra desde luego, pero se lo va a tener que currar a base de bien.
Joder, el día que te compres una de marca vas a dar volteretas.
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