Los treinta kilómetros que he corrido esta mañana acompañado en todo momento por Ignasi maratón, a una velocidad de crucero de cinco minutos y cinco segundos, me han dejado las dos piernas ligeramente cansadas muscularmente, cosa que por otra parte es bastante normal, y la cabeza y el resto del cuerpo, incluída la esperanza y el estado de ánimo, muy por encima de los niveles normales de satisfacción porque la verdad es que durante todo el recorrido me he sentido de puta madre, para emplear una expresión que no admite ningún género de duda, e incluso a la vuelta y durante los últimos cuatro kilómetros aún hemos hecho un progresivo cambio de ritmo que tanto a Ignasi maratón como a mí nos ha dejado un buen sabor de boca (ya sé que últimamente me repito bastante y por ello pido disculpas) y muy buenas sensaciones de cara a la maratón de Barcelona que dentro de dos semanas nos recibirá, a nosotros y a otros tantos miles de esforzados corredores, con los brazos abiertos y la boca también abierta para engullirnos como si fuéramos dos trozos de manzana que una vez en el interior de su aparato digestivo intentará acabar con nuestra energía y reducirnos a un amasijo de músculos doloridos y respiraciones entrecortadas porque ese es el papel que tiene que jugar toda maratón que se precie de serlo y su finalidad última consiste precisamente en castigarnos lo más duro posible y ponernos a prueba y quitarnos de la cabeza toda nuestra prepotencia y nuestras ilusiones de hacer un buen papel; es una guerra abierta en la que ganará ella, la maratón, o ganaremos nosotros, los corredores; intentará, por todos los medios a su alcance, ponernos en nuestro verdadero sitio y demostrarnos que todos nuestros esfuerzos y sacrificios, todos nuestros entrenos y tantas horas robadas a la familia y al descanso no habrán servido de nada porque ella es la más fuerte, la más dura, la más larga, la más exigente, siempre está ahí, impertérrita, sin moverse, esperándonos, frotándose las manos, saboreando la venganza, soñando con su momento de gloria y esperando pacientemente a que tengamos unos kilómetros de duda y de debilidad para asestarnos su golpe definitivo y sin ninguna contemplación por su parte meternos en el cuerpo el miedo y la desconfianza, los primeros pensamientos negativos, la primera idea de abandonar o de acabar aunque sea arrastrándonos, imagen ésta última que a la maratón es la que más le gusta porque es la demostración clara y fehaciente de su poder sobre nosotros; le encanta vernos sufrir y disfruta y le divierte y se lo pasa en grande cuando llegamos al límite de nuestras fuerzas y nos quedanos sin recursos para seguir manteniendo el ritmo que nos habíamos propuesto desde el mismo momento de la salida; es una jodida sin sentimientos la maratón, una mala puta para decirlo alto y claro de una vez, porque cuanto peor lo pasamos, cuanto más sufrimos y padecemos, cuantos más dolores tenemos y menos esperanzas nos quedan de acabar en el tiempo por el que tanto hemos entrenado, más contenta y cachonda se pone y vernos rotos y destrozados, corriendo ya sin ritmo y braceando sin orden ni concierto, le alimenta el ego, se siente superior y si pudiéramos verla por el ojo de la cerradura y espiarla sin ser descubiertos veríamos cómo se ríe y se burla de nosotros, pero ella no sabe que los corredores estamos hechos de una pasta especial y ese punto de locura que nos caracteriza, esa voluntad de hierro y a prueba de bomba que llevanos dentro y esa fortaleza mental que nos hace superar con creces todas las adversidades que se nos pongan por delante, son precisamente las armas con las que vamos a competir y que se ande con cuidado la maratón porque se lo vamos a poner muy difícil, la vamos a destrozar, la venceremos, nos llevaremos el gato al agua, doblegaremos su resistencia, dejaremos su orgullo y su prepotencia a la altura del betún y al final de los cuarenta y dos kilómetros y los ciento noventa y cinco metros seremos nosotros, los corredores, quienes levantemos los brazos en señal de victoria al cruzar la línea de llegada y quienes nos riamos de la maratón y la miremos con cierto aire de superoridad, pero con todo el respeto y la admiración que se merece una distancia como ella; alea jacta es, la suerte está echada.
Qué me asustas! que estoy muy sensible y le tengo mucho respeto a las señora maratón. Veo que tienes buenas sensaciones, me habrías preocupado si no te llegas a cansar hoy. Espero que nos podamos ver, tengo toda la intención . Nos leemos.
ResponderEliminarBuen entreno de cara a la maratón Manuel,yo creo que se te va a dar muy bién tal y como estás siempre de moral y de piernas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es lo que tiene hacer 30 kilometros a ese ritmo. Que te deja las piernas ligeramente cansadas. Yo hay días que los hago con un tronco al hombro pero me deja una pequeña rozadura muy molesta. ;-)
ResponderEliminarUn abrazo
Pedazo de tirada larga. Vas a llegar en un estado de forma fenomenal a la maraton de Barna.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Después de leer tu artículo no estoy seguro de si me has tranquilizado o me has acojonado el doble.
ResponderEliminarUna entrada muy bonita, sí señor.
Ya ni te acuerdas de los días en el sillón. Vuelvas a estar en plena forma
ResponderEliminarHola Manuel, pedazo de tirada larga te has pegado...si señor.
ResponderEliminarYa huele a maratón por Barcelona, espero que llegueis todos con los brazos en alto y gritando ¡¡ahí queda eso!!!
Un saludo
Quique
estoy con Risco, es lo que tiene los 30k a ese ritmo, que uno se fatiga un poquito, lo del tronco yo lo probé pero tuve que desistir porque me desarrollaba los cuadriceps en demasía e iba a parecer culturista...
ResponderEliminarbromas aparte estas hecho una autentica máquina.
pregunto eres humano, o tambien como Jan llevas implantes bionicos...
ostias manuel buena tirada te has pegado.el maraton no podrá contigo,de esta tambien saldras victorioso aun no habiendola preparado del todo bien por el tema de las costillas pero has recuperado terreno en las ultimas semanas y te lo comeras con papas,suerte ,valor y al toro.saludos.
ResponderEliminarTe faltó decir.
ResponderEliminarMANUEL DIXIT. jejejeje
Gran entreno el que te has pegado.
ahora a desconectar poco a poco que ya os que unos días
Bien, bien, 30 km a 5min quiere decir que ya tienes un buen volumen de kms asimilado. por cierto, cual es la marca que quieres hacer en la maratón?.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Qué guerrero has rematado! Casi asustas, pero ahora, ahora a luchar para que éstas no sean amenazas en balde. ¡Suerte y fuerza!
ResponderEliminarAsombrado me tienes manuel de como mes y poco has recuperado la forma, impresionante, un abrazo.
ResponderEliminarBuen entreno Manuel, 30 kms a 5min/km es fenomenal.
ResponderEliminarTienes todo, moral y fuerza.
Muchas suerte.
bss
Tania
Buena tirada y así se habla...
ResponderEliminarCiao
Esas son las tiradas que dan mucha confianza en uno mismo, sobre todo cuando dices, si hago 30 los 42 están hechos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un buen largo, sin lugar a dudas. Un ritmo buenísimo
ResponderEliminar30 kms de entreno a 5 y algo el km. Vas muy bien compañero. Y ya tienes cerca el primer objetivo. Animo, que con esos entrenos, lo llevas que muy bien.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ese ritmo ha estado muy bien, que tiemble Barcelona.
ResponderEliminarQue le deis bien por el culo a la Sra. Maratón ;)
ResponderEliminarBuena tirada larga y buen crono Manuel, la maratón la tenemos encima y muy bien entrenada, nos vemos Campeón.
ResponderEliminarSlds