Poniendo en práctica mis dotes de visionario me adelanto a vuestros comentarios y adivino, con una claridad meridiana, lo que vaís a decirme después de haber leído estas líneas: que la decisión que he tomado esta tarde ha sido la más inteligente que podía haber adoptado, que en el futuro me reportara más beneficios que contratiempos, que se ha tratado de un acto de valentía sin precedentes teniendo en cuenta mi forma de actuar, que se requiere una gran dosis de templanza y de equilibrio y de saber hacer las cosas bien hechas, que he derrochado con ello un alto nivel de sabiduría y de madurez y que hasta incluso los grandes profesionales de este deporte lo tienen como una norma sagrada y obligatoria en sus planes de entrenamiento, que mañana por la mañana, cuando salga a correr, no me arrepentiré de ello y lo notarán mis piernas y mis músculos, que os ha sorprendido, que no lo esperabais, que os resulta difícil de creer, pero que os alegraís por mí y aplaudís, con las dos manos abiertas, mi acto de valentía, el haber sabido dominar la euforia y controlar las ganas y el ímpetu que ha nacido conmigo y que lo llevo como si fuera mi segunda piel, que por mi bien y el de mi cuerpo en general debería hacerlo más a menudo, dos días a la semana como mínimo, y adoptarlo como una cosa de lo más normal, sin sentirme mal por hacerlo y pensando que hay otras cosas en la vida, que no todo en este mundo es correr y correr y que el descanso también forma parte del entrenamiento, sí, cuando esta tarde he llegado a casa después de trabajar mi primera intención, como siempre, ha sido ponerme los pantalones cortos, calzarme las Pegasus y salir a correr con la idea de hacer unos quince kilómetros aproximadamente, me lo pedía el cuerpo, la cabeza me decía que sí, que por qué no, me encontraba bien, no estaba cansado, nada me dolía, tenía ganas, hubiera disfrutado, me hubiera sentido de puta madre, por encima del bien y del mal, más alto que la más lejana de las estrellas, más inconmensurable que el más infinito de los universos, incluso más feliz que el creador de todo lo que nos rodea, pero al final, consciente de lo que hacía, poniendo en ello los cinco sentidos, he decidido descansar y no salir a correr.
el descanso es un entrenamiento muy adecuado también. Cuando toca hay que respetarlo y dar la posibilidad al cuerpo de recuperarse y de asimilar el trabajo realizado, también cuando el cuerpo o mente nos lo pide. Hay que saber escuchar a nuestro cuerpo, no siempre va a ser correr y correr.
ResponderEliminarUn abrazo!
tus comentarios siempre aportan muchos Manuel!
Sabes absolutamente y sin ningún genero de dudas lo que pienso al respecto de lo que has escrito.
ResponderEliminarUn abrazo "figura"
Rafa
¡Un abrazo, monstruo! Como literalmente me has dejado sin palabras, no te digo nada más. Ya los has dicho tú todo.
ResponderEliminarYa sabes dónde voy dentro de un par de horas. Si ocnsigo bajar mi marca al paso por el K10, lo tienes dedicado.
Que tengas buen día.
Da gusto leerte. Saludos
ResponderEliminarMe parece fantastico! jeje
ResponderEliminarPues eso, tu lo has dicho todo.
ResponderEliminarun abrazo
Ni Valdano lo hubiera dicho mejor, un fenómeno.
ResponderEliminarSalu2
Muy bien Manuel, qué te voy a decir yo que si no respeto los descansos me parto en dos. Descansar es tan importante como el entrenamiento propiamente dicho. Creo que tu planteamiento es de campeón, de lo que eres, ni más ni menos. Un besazo
ResponderEliminarEs jodido decirle a la cabeza que no y mas si el cuerpo tambien te lo pide, pero un descansito a tiempo, es un abance, esperare tu siguiente cronica haber como te fue y si te tranquilizaste tomandote otra malta con leche jejeje, tomo nota de lo de la malta profe.
ResponderEliminarTodos los dias aprendo algo nuevo leyendo tus comentarios. Gracias por leerme. lo menos que puedo hacer es leerte yo a ti tambien. Un abrazo
ResponderEliminarVaya, no me jodas, el otro día descansas y yo también y ¿hoy que salgo a correr tú descansas? Pues ya hemos roto la estadística!! juasjuas. Por lo menos espero que te hayas apoltronado bien con una cocacola y una buena peli! :)
ResponderEliminarCuídate mucho chaval, que te queremos haciendo kilómetros ¡ya mismo! ;)
Hay que tener fuerza de voluntad para entrenar a diario y muchas veces con molestias y dolores de todo tipo, pero es que hasta para descansar también hay que tenerla. Es así, somos adictos a este deporte y un día sin correr nos produce un poco de ansiedad, no digo síndrome de .... porque no suena bien. Un saludo y a seguir con esa fuerza mental . . .
ResponderEliminar8 de noviembre de 2009 11:55
Leches Manuel, eres incombustible, cuanto más kilómetros le proporcionas a tu cuerpo mejor te encuentras.
ResponderEliminarLa verdad que nos acostumbramos a una dinámica y cuando la cambiamos lo notamos.
Un saludo y continua así.