martes, 5 de mayo de 2009

Martes, 5 de Mayo

Ante el inesperado cambio de planes (hoy teníamos programadas doce series de cuatrocientos metros impuestas como penitencia por mi amigo Carlos Aguilar Martínez alias Eaglerun) no he tenido más remedio que cambiar el chip que me mal funciona en la parte derecha del cerebro, reeducar todo el proceso de mentalización que llevo haciendo toda la tarde y armándome de valor hasta los dientes, siempre con muchas ganas y motivado al máximo, he tomado la decisión de salir a correr con mi otro yo, ése que casi nunca se deja ver en público, y al final, entre los dos, de mutuo acuerdo, sin necesidad de discutir mucho, hemos llegado a la conclusión de que lo más acertado, teniendo en cuenta las circunstancias, sería que hiciéramos seis series de mil metros en lugar de rodar durante una hora y quince minutos y así lo hemos hecho. Hemos bajado hasta el paseo marítimo de Vilanova, hemos calentado durante veinticinco minutos y después de los obligados estiramientos, siete en total, hemos empezado las series y en honor a la verdad debo confesar que hemos terminado contentos y no excesivamente cansados. En líneas generales ha sido un buen entreno y las sensaciones también han sido positivas y generosas. La de la foto ya sabeís quién es, mi hija.

3 comentarios:

  1. Buff, que capacidad de "reeducación"... Yo, entre unas series de mil, o una hora y quince minutos corriendo tengo muy claro qué hubiera ganado: Siesta maratoniana y series de banderillas con papas fritas acompañadas de un buen pedro ximenez.

    Si es que no puedo con mi alma... :)

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  2. Hola Mamuel, a mi tampoco me falla mi otro yo, eso si, tengo muchos encontronazos con él.

    Lo mejor de ese entrenamiento son las sensaciones y la moral que pillas, buena elección.

    Saludos
    quique

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  3. Ja tenía ganes de pasar per aquí a saludar-te jo també. Ja fa mases díes que no coincidim en cap de les agradables "tortures" que ens aplica l´Eaglerun.

    Fina aviat.

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