miércoles, 6 de mayo de 2009

Miércoles, 6 de Mayo

Tal vez debido al efecto beneficioso de las series que hice ayer, ésta mañana me he despertado satisfecho de mi rendimiento y gratamente sorprendido por la capacidad de recuperación que muestra mi cuerpo después de haber hecho un ejercicio físico considerable. Mis piernas, en lugar de dos extremidades repletas de huesos, músculos y tendones, parecían dos finas y elásticas cañas de bambú mediciéndose al compás del viento. He puesto los pies en el suelo y era como si estuviera levitando de lo ágil y liviano que me sentía, subía hasta más allá de las nubes, volaba por encima de la dura realidad de cada día y la intensa jornada laboral de ocho horas me ha sabido a poco, me ha parecido un juego de niños, una maratón corrida con los ojos cerrados, un diez mil de paseo. He llegado a casa a las seis y media de la tarde y siguiendo con la rutina de los entrenos diarios he salido a rodar con la intención, conseguida, de hacer quince kilómetros a un ritmo tranquilo y sereno. En total una hora y quince minutos de tiempo, el mejor empleado de todo el día. Correr, sentir tu respiración, el bombeo de tu sangre, los latidos de tu corazón, el silencio de tus pensamientos, la soledad con pantalones cortos, los rayos del sol y el aire venido de dios sabe dónde entrando por la nariz y saliendo por la boca es de las mejores cosas que uno puede sentir y experimentar. Correr, como dijo no sé quién, es acojonante, mejor incluso que vivir y estar vivo, mucho mejor que hacer el amor con la mujer de la que estás perdidamente enamorado. El sexo te da placer, el correr es la vida en su máxima expresión, la vida con mayúsculas, la máxima fuente de optimismo que te permite seguir mirándote en el espejo sin sentirte ni más ni menos que nadie, equilibrio, èsa es la palabra. La gran mayoría de la gente que corre de forma habitual lleva escrita la palabra armonía en la mirada o en la frente y eso no se paga con nada y se transmite y se expande haciendo que el mundo que nos rodea sea un poco menos desequilibrado y caótico. Lo que se ve en el recuadro de la derecha es el ojo izquierdo de mi hija.

3 comentarios:

  1. Al hacerte seguidor de mi blog he podido conocer el tuyo, he estado leyendote un buen rato, está muy bien, cuentas cosas, cosas interesantes.
    Gracias por aparecer.
    Te leeré

    Yo con las series no puedo....

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  2. AMEN......

    Muy cierto lo que dices, se nota que estás pillado por esta forma de vida.

    Un saludo
    Quique

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  3. Hola Manuel, es la primera vez que te escribo, acabo de leer tu cronica, simplemente acojonante tío, si acojonante porque sabes expresar un sentir que algunos que corremos no sabemos expresarlo de una forma tan rotunda y meridiana (a la vez de bien sonante jejejejeje), me imagino que hay que estar un poco pillado por esto del correr para sentirse tan identificado, pero que sepas que que no quito ni un punto ni una coma a lo que dices, lo suscribo integramente.
    Un abrazo y que no decaiga tu ánimo nunca.
    Soy Rafa y mi blog es canalillo garden.

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