domingo, 3 de mayo de 2009

Domingo, 3 de Mayo

No sé por qué extrañas razones ni por qué misteriosos motivos de la mente humana, pero lo cierto del caso es que esta mañana, día de la semana que nos tocaba hacer la tirada larga, nuestro amigo y compañero y mejor persona Josep Antoni Córdoba se ha despertado con unas dotes de mando nada frecuentes en su forma de ser, siempre se ha destacado por un fuerte talante democrático y liberal, y cuando a los ocho en punto nos hemos encontrado en la Platja del Far para iniciar el entreno y los deberes correspondientes al día de hoy nos ha comunicado, a Eaglerun y a mí, con un tono de voz que no admitía réplica alguna, que esta mañana sería él y nadie más que él quien decidiría el recorrido a seguir, el tiempo a emplear, el ritmo de rodaje y hasta incluso la manera de respirar. No nos hemos atrevido a contradecirle por respeto a su firme decisión de tomar las riendas del asunto y ni cortos ni perezosos nos hemos puesto bajo sus órdenes, nos hemos colocado detrás de él y entre una broma por aquí y algún comentario jocoso por allá hemos empezado a correr, hemos subido hasta la ermita de Sant Cristòfol, hemos seguido la vía del tren y subiendo y bajando, pisando piedras y bordeando la costa hemos llegado hasta la Atlántida, hemos seguido hasta el hotel Calípolis de Sitges, hemos encarado la carretera que conduce hasta La Pineda, hemos cruzado Sant Pere de Ribes, subiendo por su carretera vieja y siempre en un ambiente distendido y de franca camaradería hemos vuelto a la Platja del Far. En total hemos hecho veintidos kilómetros en dos horas y seis minutos de tiempo. Mañana soleada y cielo primaveral. Ha sido un buen rodaje en el que ha predominado la tranquilidad y el ritmo sosegado. En algún momento del recorrido, especialmente en las subidas, hemos hecho algún cambio de ritmo para despertar los músculos que se habían quedado dormidos con la velocidad cansina que llevábamos, pero en líneas generales, mientras realizábamos los estiramientos de costumbre, hemos llegado a la conclusión de que ha sido una muy buena matinal bajo la atenta supervisión de Josep Antoni Córdoba. Ya por la tarde, después de haber regresado de Barcelona, me quedaban colgados del aire sesenta minutos de tiempo y en lugar de sentarme en el sofá o de ir a dar una vuelta andando hasta la playa he decidido hacer una hora de bicicleta estática y la verdad es que me ha ido muy bien, me ha sentado de puta madre. La de la foto es mi hija y no creo faltar a la verdad si afirmo que genéticamente hablando es casi tan intuitiva como su padre, que soy yo. Abur.

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