jueves, 15 de enero de 2009

Jueves, 15 de Enero

Después de la conversación mantenida con Airemi me han entrado dudas acerca del sentido y utilidad de este diario. La verdad es que no sé ni por qué lo he empezado ni por qué lo continúo. No tengo prácticamente nada interesante que decir. Mi vida es bastante monótona y aburrida. No me pasan cosas dignas de mención. No tengo opiniones espectaculares sobre ningún tema en concreto. No suelo conocer a personas cuya existencia llame poderosamente la atención. Me limito a vivir dentro de mi pequeño mundo, trabajo ocho horas al día, seis días a la semana en un restaurante vegetariano. Voy de casa al trabajo y del trabajo a casa, y como única actividad fuera de la rutina diaria salgo a correr casi cada día, solo, acompañado de nadie, lo cual no me da pie a vivir muchas experiencias dignas de ser anotadas en estas páginas. Agaradezco la llamada de Eaglerun animándome, interesándose por la salud de mi estado de ánimo, invitándome a seguir escribiendo, a seguir comunicando mis pensamientos, mis sensaciones, mis voces interiores, mis pequeños e insignifcantes trozos de nada sin tener en cuenta la opinión de los demás, sólo por el placer de hacerlo, de hablar conmigo mismo y conocerme cada día un poco más. Hoy se me ha echado el tiempo encima. No he podido hacer nada de ejercicio. Son las diez y cinco de la noche. La pequeña molestia muscular que hace tres días me parecía la lesión más grave del mundo, el final a mi carrera como atleta popular, ha remitido hasta niveles inexistentes y esa circunstancia me devuelve la ilusión y las ganas de volver a correr. Esperaré hasta el domingo. Según Fouad, marroquí de Tánger afincado en Barcelona desde hace veinte años, el Corán no fue escrito para anunciar la llegada de ningún profeta, sino que se redactó con el único fin de rebatir y a su vez desenmascarar las mentiras que el pueblo judío ha ido esparciendo a lo largo de la historia. Según su opinión el Corán es el libro de los libros, la verdad suprema, la única y verdadera interpretación de lo que sucedió. La biblia (siempre según él) es una sarta de manipulaciones, de falsas visiones sobre la vida de Jesús, de Noé, de María Magdalena. El Corán viene a corregir todos esos errores y a poner los puntos sobre las íes. Tiene tan arraigado el odio hacia el pueblo judío que su fanatismo le lleva a afirmar que Hitler fue el primero en darse cuenta del peligro que corría la humanidad si no llevaba a cabo un exterminio total y absoluto. Hablando con él, escuchando atentamente sus argumentos uno acaba viendo judíos hasta en la sopa. Están en todas partes, en todos los centros de poder, en todos los bancos del mundo. Todos los gobiernos tienen un mandatario judío. Aznar es judío. El presidente actual de la República francesa es judío. Incluso el presidente de la Generalitat es judío. Cualquier negocio mínimamente floreciente, sea del sector que sea, está en manos de un judío. El fundador de Zara es judío. Cualquier deportista que destaque y llegue a ser número uno, como Rafael Nadal, es judío. Todo lo referente al mundo de la fórmula uno es judío. Allí donde hay dinero y poder ten por seguro que hay un judío al frente. Lo dice el corán, sus páginas no mienten.

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