Ayer domingo mi señor el gran visir Tintoré "Le fou" y un servidor estuvimos prácticamente todo el día, desde las diez de la mañana hasta las ocho y media de la tarde, ocupados en seleccionar al nuevo cuerpo de  guardaespaldas del actual heredero de la casa "Le fou" (ver imagen); motivo por el cual mi señor no tuvo tiempo ni de salir a caminar ni de montarse en la B-pro indoor como hubiera sido su deseo, circunstancia adversa pero necesaria que ésta tarde ha subsanado sin más dilación caminando durante una hora y quince minutos para después subirse a esa máquina infernal, como alguna de sus señorías la ha bautizado, y pedalear encima de ella durante noventa minutos, intercalando cambios de ritmo, puertos de montaña de segunda categoría y llanos donde la velocidad alcanzada ha sido considerable; decir que ha terminado contento y satisfecho con el trabajo realizado; el motivo por el que mi señor y yo estuvimos tantas horas en el campo de entrenamiento se debe a que a la convocatoria presentada hace ya dos semanas se personaron mercenarios de todos los rincones del mundo, unos doscientos cincuenta aproximadamente, y ante la alta profesionalidad de la mayoría de ellos nos costó dios y ayuda hacer una primera selección con el fin de que el número de aspirantes quedara reducido a veinte y de esos veinte, en una segunda selección, sólo quedaran siete, número cabalístico que a mi señor le gusta y le suele traer suerte; sólo a nivel informativo, y como curiosidad, comentar que para la primera selección utilizamos un test de inteligencia no excesivamente complicado y ahí pudimos eliminar a la gran mayoría, doscientos treinta exactamente; los otros veinte restantes, una vez superado el test, tuvieron que ganarse el puesto realizando todo tipo de pruebas físicas, tipo pista americana de las más duras, y al final de la jornada sólo siete quedaron en pie y enteros, los de la foto, los elegidos, los que a partir de hoy mismo velarán por la seguridad de mi señor el gran visir Tintoré "Le fou", ahí queda eso.