martes, 6 de marzo de 2012

A mi señor creo que le pasa lo mismo que a la mayoría de sus señorías; el hecho de salir a correr casi cada día es el detonante o hilo conductor o life motiv, como dirían los extranjeros, de muchas otras cosas, y cuando por algún motivo inherente a su voluntad, generalmente una lesión, no pueden seguir ejercitando esa práctica diaria, entonces aparece como surgida de la nada, pero con toda la fuerza de mil demonios cabreados, la gran pregunta con mayúsculas, el gran interrogante jamás desvelado: ¿qué va a pasar ahora con mi blog, de qué voy a escribir si no hay entrenos que compartir ni carreras que relatar?; en momentos como éste es cuando mi trabajo cobra toda su dimensión y se hace imprescindible; soy un escriba, soy el mejor, el más guapo, el dotado con una imaginación desbordante y aquí estoy una vez más para sacarle las castañas del fuego a mi señor, aunque la verdad es que para recoger previamente hay que sembrar en una tierra fértil y bien regada y a fuerza de ser sincero tengo que decirles que la de mi señor es bastante pobre y baldía; su vida es tan anodina o más aburrida que la de un búho malayo, ver foto, y por mucho que yo me esfuerce, por mucho que me estruje las neuronas buscando algo interesante que contarles acerca de los intereses de mi señor, la verdad es que es  una labor ardua y tremendamente inútil, tan inútil e imposible como pretender extraer petróleo de una piedra erosionada por el viento o por las corrientes de agua cristalina que baja mansamente por el río de la vida; es tan parco en anécdotas, tan cerrado en experiencias y tan poco viajado el hombre que aparte de contarles cada día los kilómetros que corre y las sensaciones que tiene no hay nada en su horizonte a lo que pueda agarrarme para hacer bien mi trabajo, que no es otro que ensalzar con palabras sus pensamientos...¿pensamientos, he dicho?; joder, qué mentira me acaba de salir de lo más profundo; encefalograma plano: eso es lo único que tiene mi señor en el interior de su cabeza, el único diagnóstico posible si tuvieran que  radiografíarle el cerebro; claro que podría contarles a sus señorías lo que hace mi señor durante todo el día cuando no sale a correr, pero son tan pobres y tan estúpidas  sus actividades que hasta a mí mismo me da vergüenza escribirlas y que ustedes puedan leerlas; como ejemplo sólo les diré que ésta misma mañana me ha abierto la puerta de palacio con sus propias manos y me ha dicho que no se me ocurra volver sin el Diario de invierno, el último libro de Paul Auster, que parece ser que es santo de su devoción y lo quiere leer; !dios mío!; a Alá le pido que los días de reposo de mi señor no se alarguen en el tiempo; la imagen del actual heredero de la casa "Le fou" encerrado en la sala de lectura de palacio y devorando un libro tras otro no creo que mi estómago la pueda soportar más de tres días seguidos; con la cantidad de cosas más divertidas y entretenidas que hay en la vida; en su lugar, si yo fuera él, no dudaría ni una décima de segundo en llamar por teléfono a la señorita Prudencia Wells e invitarla a pasar una larga temporada en palacio; eso sí que sería cachondo y reconfortante.

9 comentarios:

  1. Que sea la última vez que un simple escribano del palacio del gran Visir "Le Fou" se despacha de esa manera con su señor. Bajo pena de 100 latigazos que gustosamente le voy a dar si se le ocurre tamaño despropósito, queda ud. advertido y decirle que su señor es un tio cojonudísimo y de los que se cuentan con los dedos de una mano y nos interesa todo lo que escriba, aunque sean los quehaceres diarios y como si quiere reescribir el Quijote de nuevo.

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  2. Pude ser toda una osadía castigada con cuatro torsiones testiculares, o una audacia premiada con cuatro cofres de monedas de oro, el caso es que este humilde escriba puede intentar sorprender a su señor con un libro electrónico, un Kindle si es posible, para saciar su ansia devoradora de literatura y de paso ahorrar algunas preciadas monedas... ;)

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  3. Al ver ese pajarraco de búho medio adormecido por un momento pensé que estaba en el blog de paco gacela jaja. Pues eso, que tus escrituras me enganchan cada día más, esta semana quería leerme el diario de Ana frank pero visto lo visto prefiero ocupar mi tiempo limitado leyendo tus escrituras que cual es más interesante.

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  4. Lo que me faltaba hoy es que me enseñaras el pájaro.

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  5. En toda vida, por anodina que parezca, siempre hay algo interesante que contar; busca no seas vago para tu señor.
    Un saludo.

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  6. No es mala compañía la del tal Auster y su último libro, así que a falta de zapatillas buenas son las páginas.

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  7. De escriba a escriba, me he comprado un libro electrónico y estoy más feliz que un runner con zapas nuevas. Lo recomiendo. Lo digo por lo del libro de Paul Auster.

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  8. Las vidas anodinas no existen, yo creo que es cuestión de echarle una pizca de sal ;) A estrujarse el coco, que menuda tarea nos hemos buscado con los blogs, jeje

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