martes, 28 de febrero de 2012

Después del entreno de ésta tarde (sesenta minutos de cuestas y tres rectas de unos doscientos metros para terminar), mi señor el gran visir Tintoré "Le fou" ha dejado atrás todas las tonterías que estos últimos días le han estado mareando la cabeza y enturbiando el ánimo y por fin vuelve a ser el gilipollas integral que ha sido siempre y hoy como tiempo atrás ha terminado de correr y le ha faltado tiempo para esbozar una sonrisa de oreja a oreja y ponerse a cantar a grito pelado y a bailar como un energúmeno (ver imagen) en medio de la calle como si con ello quisiera transmitir al resto del mundo las buenas sensaciones que estaba sintiendo y lo contento y lo orgulloso que se sentía por haber subido infinidad de veces la misma cuesta una y otra vez; me perdonarán sus señorías, pero a las personas que como yo no corremos nunca, la verdad, ha de ser bastante chocante y poco entendible la imagen de un tipo subiendo y bajando la misma calle durante una hora; pero bueno, mi señor es mi señor y todo lo que él hace está bien hecho y la verdad es que me alegro por él; a pesar de que las molestias de su pierna izquierda persisten y no quieren desaparecer, el actual heredero de la casa "Le fou", es decir mi señor, sigue en sus trece y no se rinde y aunque es difícil de entender para un sedentario como yo prefiere mil veces el dolor físico entre comillas después de un sesión de running a la tristeza moral y anímica y a la cara de pan blando que se le queda cuando está un par de días sin salir a correr por miedo a lo que le pueda pasar; hay que ignorar el dolor, fariseo, es la única manera de combatirlo, me ha dicho; en otro orden de cosas y para ir terminando con la entrada de hoy quiero decirles a sus señorías  que estén tranquilos y que dejen de preocuparse por el desenlace del hipotético triángulo amoroso de palacio, no porque se vaya a acabar el mundo en pocos días, sino porque mi señor me ha dado la orden expresa de que de aquí en adelante no le pase ninguna llamada  teléfonica de la señorita Prudencia Wells y que cuando venga a visitarnos le diga con todo el poder de convicción que sea capaz que mi señor se ha ido de viaje  y que no sé ni dónde ha ido ni cuánto tiempo tardará en volver, lo cual me abre las puertas de la esperanza de par en par.

11 comentarios:

  1. Je je je!!! pues na'mas cuidadito porque donde cambie de opinion tu señor acerca de la Srita. Prudencia, seguro que te manda decapitar.

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  2. Pues con todos mis respetos.... No tiene sentido alguno lo de subir y bajar constantemente.... Aunque yo tambien conozco a gente que lo hace y por los gestos de sus rostros no parecen disfrutar mucho... sera cuestion de probar.... Saludos compi

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  3. Si la imagen debe de ser de lo mas chocante, sobre todo para los que no saben que todos los maratones tienen las misma distancia.

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  4. Así que pasando de la señorita Prudencia? Bien hecho.

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  5. Nunca he realizado un entrenamiento especifico de cuesta, es algo que tengo pendiente de cara a futuros entrenamientos. Uno de mis puntos débiles es precisamente a la hora de realizar subidas pronunciadas y prolongadas durante las pruebas. Escriba, mucha suerte con la señorita Prudencia, tras el beneplácito de tu Gran Visir en continuar en tu empeño por conquistarla.

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  6. Que buen sabor de boca se le queda a uno cuando realiza un entreno como dios manda y sin ninguna molestia.

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  7. Jajaja no hay nada como volver a ser gilipollas integral

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  8. Estoy de acuerdo con lo de hacer un entreno en condiciones y no serntir ninguna molestia.

    Buen entreno el de su señoría, por tanto.

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  9. Subir y bajar la misma cuesta una hora??, y yo pensaba que estaba loco...habrá que ver a su señor bailando el charlestón,jaja. Me alegro enormemente de que las buenas sensaciones gilipoyiles hayan vuelto.Un abrazo.

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  10. Cómo nos gusta esa sensación de haber hecho bien un trabajo duro.

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  11. Hace 4 años, yo hubiera pensado lo mismo si veo a un tío subiendo y bajando cuestas una hora.

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