miércoles, 25 de enero de 2012

Por imperativos legales vigentes, o lo que es lo mismo, debido a la retransmisión del partido de fúbol que esta noche disputarán el Barcelona y el Real Madrid, la entrada correspondiente al día de hoy será breve y escueta, no porque no tenga nada que decir, sino porque mi señor el gran visir Tintoré "Le fou" ya se está impacientando y exigiéndome que sin más dilación empiece a adecentar la sala de las televisiones redondas (ver foto), lugar de culto de palacio donde siempre que hay un evento de estas características a mi señor le gusta reunirse con un nutrido y selecto grupo de amigos, que aparte de quedarse extasiados ante las imágenes de las diferentes pantallas estratégicamente colocadas a lo largo y ancho de la sala, no pierden detalle de las suculentas bandejas de comida y de bebida que un servicio compuesto por ocho camareros y un maitre van repartiendo entre las mesas a medida que el partido en cuestión va transcurriendo a su ritmo establecido; ni que decir tiene que organizar todo este sarao y dejarlo a punto de caramelo representa mucho trabajo para un servidor; de ahí que no me quede mucho tiempo para más; pero siempre nos quedará París, le decía el protagonista a su amada a los pies del avión, es decir, como muy bien dice el dios del sol vamos a lo único que realmente importa: los entrenos de mi señor; ésta mañana se ha despertado a las cinco y media, a las seis menos cuarto ha empezado a correr y durante los sesenta y cinco minutos que ha durado la carrera continua no ha dejado de estar pendiente de sus isquios de la pierna izquierda; no ha sido como para tirar cohetes ni como para estar  contento y mucho menos como para ponerse a bailar de alegría en medio de la ciudad dormida; todo lo contrario, ha sido un entreno más bien triste y alicaído y con no muy buenas sensaciones; las molestias persisten; no le impiden correr, pero ahí están, permanentes, constantes, tocándole lo que no suena y haciéndole temer lo peor; es sabido que el miedo y la hipocondría de mi señor pueden rayar la obsesión más enfermiza en la mayoría de las ocasiones, y aunque él sabe mejor que nadie que la mejoría es cuestión de días y que todo lo que existe bajo el sol requiere su tiempo y su proceso, a veces da la sensación de que no se entera de la misa la mitad; es lo que hay, y tal como vino hace cincuenta y cuatro años se marchará de este mundo cuando le llegue su turno; no hay más.

11 comentarios:

  1. Mientras sólo sean molestias, seguir activo no es malo, al contrario!

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  2. No sé que que partido me habla.
    ¿Es algo de correr?.

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  3. Manuel, por qué no pruebas unos dias a hacer 45´ en lugar de 65´?solo para ver si remitiendo la carga remiten las molestias.

    Pd: no me gusta el furbol

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  4. Las molestias, sin forzar a veces desaparecen antes que reposando. Si fuera por las molestias, yo no saldría a correr casi ningún día. Cuando pienso en otra cosa el dolor desaparece. Ánimos!!!!

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  5. Hace poco me encontraba en tu misma situación, unas incomodas e incapacitantes molestias en mi soleo me hacían ser pesimista. La sensación era de que no desaparecía jamás el dolor y la sobrecarga. El reposo, el masaje por un buen físio y el no forzar, lograron que en dos semanas, todo quedara en el olvido. Ahora vuelvo a correr sin dolor, seguro que tu próximamente también lo conseguirás. Un saludo

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  6. No jodas que al visir le gusta el furgol...

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  7. Je je je!!! eso que mencionas, es un juego donde unas cartitas de naipes tienen brazos y pies y corretean a una chiquilla de pelo rubio???
    Pues a cuidar sin excederse por el momento esperando que las sensaciones de molestias desaparezcan pronto.

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  8. supongo que para celebrar el buen partido de anoche habrás salido a correr. No fuerces unos días, lo mismo saliendo media horita unos días, recuperas antes.

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  9. Lo importante es que puedes correr, poco a poco irás mejorando.

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  10. habrá dias mejores, no te preocupes, manuel

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  11. Al mal tiempo buena cara, y nada mejor que un pase a semis para olvidar...

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