domingo, 25 de diciembre de 2011

Durante los tres primeros kilómetros de los dieceseís que he hecho esta mañana he pasado frío, mucho frío, un frío de cojones, para decirlo de una manera clara y contundente; era subida, dirección a la montaña del Tibidabo, y la verdad es que la pendiente pronunciada no me permitía demasiadas alegrías, pero una vez he entrado en la carretera de Las Aigues y la horinzotalidad del terreno me lo ha permitido he ido aumentado paulatinamente el ritmo y  a medida que iban transcurriendo los kilómetros me he ido despojando de los guantes, la gorra y el buff, que los he dejado estratégicamente escondidos detrás de un matorral con la intención de recogerlos a la vuelta; por lo demás el resto de los kilómetros ha sido tranquilo y sin sobresaltos, sin nada digno que destacar, con la mente algo vacía de pensamientos y con el resto del cuerpo bastante suelto, alegre y contento, no por ningún motivo en especial, sino porque siempre se pone así cuando lo saco a correr y le doy un poco de vidilla; nos llevamos bien, mi cuerpo yo; nos entendemos y formamos un equipo conjuntado y sin fisuras; la cabeza es otra cosa, suele comer aparte y de tanto en tanto le entran unas neuras que la mayoría de las veces me desbordan y me desarman, pero con el paso de los años he aprendido a no hacerle mucho caso y  a aceptar sus caprichos con el mayor de los respetos.

6 comentarios:

  1. No perdonas ni el día de navidad! jejeje

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  2. Vaya lujo de invierno, más de unos guantes y bufs han tenido que acabar en alguna cuneta estos días... :) Estupenda manera de empezar un día de navidad!!!

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  3. Espero que siendo el día que era al menos te hayas protegido la calva con un buen gorrito de Papá Noel.

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  4. Te superas cada ves que escribes,admiro tu inspiración,que los dioses te acompañen.

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  5. Manuel si la cabeza funcionara igual que las piernas.. nada seria igual, con las piernas corremos rápido, pero es que con la cabeza volamos.

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  6. La mejor manera de comenzar el día de Navidad, yo también me regalé un buen rodaje por Casa de Campo. Un beso y a seguir disfrutando kms

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