Ayer por la noche, mientras dormía, tal vez deseando revivir su encuentro con Moisés, el dios de los hombres que corren gravó a fuego lento, en las paredes de mi habitación, el entreno de ésta tarde: veinte minutos de calentamiento, dos cambios de quince minutos a ritmo vivace sostenuto y veinte minutos más de recuperación y de calma; así fue escrito y así se ha hecho.
Estarás algo escueto ultimamente con las entradas de tu blog, Manuel, pero lo que es corriendo... nada de escueto!!!! Eso está bien!
ResponderEliminarUn saludo
Jejeje... escrito a fuego lento y ejecutado de manera magistral, como no podía ser de otra manera.
ResponderEliminarBuen entreno, si señor.
ResponderEliminarAmén.
ResponderEliminar;D
ResponderEliminarMuy bien Manuel ... pensamientos express ... perlas de esencia ... me gusta! La ventana del comentario se encuentra a la altura de la columna de hércules de tus maratones y solo contemplarla da vértigo .. que de emociones, que de entrenamientos ... que de sabiduría ... es lógico que ahora vengan tus pensamientos en breves trazos pues de lo contrario costaría asimilar tanta grandeza! Gracias!
ResponderEliminar¡Hágase la ley! ¡¡¡Bien, Manel!!! ¡¡¡Bien!!!
ResponderEliminarBuen entrenador personal te has buscado, así que, a ser buen alumno.
ResponderEliminarUn abrazo