viernes, 22 de enero de 2010

Viernes, 22 de Enero

Después del sorteo que se celebró ayer por la noche en la habitación del señor Manuel Binoy las bolas de la suerte, una vez hubieron girado aletatoriamente en el interior del bombo, decidieron que el entreno de esta tarde consistiría en una hora y veinte minutos de carrera continua, intercalando once cambios de ritmo de dos minutos cada uno a un ritmo no demasiado alto y eso es exactamente lo que he hecho esta tarde cuando he llegado a casa depués de trabajar; en un principio no las tenía todas conmigo porque las agujetas todavía siguen pegadas, adheridas a mis piernas y la verdad es que he tenido unos segundos de dudas y he estado a punto de acobardarme y quedarme sentado en el sofá, pero gracias a dios o a quien sea me lo he pensado mejor y sobreponiéndome a todo tipo de razonamientos contrarios a mis deseos al final me he vestido para la ocasión, me he calzado las Nike Pegasus y he salido de casa con dirección al paseo marítimo y una vez allí he empezado a rodar tranquilo durante unos quince minutos aproximadamente y a partir de ese momento he empezado los cambios de ritmo a una velocidad inferior a la que suelo utilizar cuando hago series y a medida que el entreno iba aumentando en minutos y mi cuerpo de temperatura me he ido encontrando cada vez mejor conmigo mismo y más animado y más contento y más seguro y más convencido de que pocas cosas hay en esta vida que no se puedan conseguir cuando uno las desea real y sinceramente; ya sé que me repito mucho, ya sé que casi siempre suelo terminar mis entrenos con muy buenas sensacions tanto en la cabeza como en el resto del cuerpo, pero es que es verdad, no puedo evitarlo, es superior a mí, haga lo que haga, corra los minutos que corra, lleve a cabo un tipo de entreno u otro, lo haga solo o en compañía, corra más rápido o más despacio, lo cierto del caso es que siempre termino igual, satisfecho de lo que he hecho y sintiéndome muy bien, de puta madre, un privilegiado, cansado a veces, pero con ganas de irme a dormir y vover a despertarme al día siguiente para volver a hacer exactamente lo mismo que he hecho hoy; no quisiera que en mi vida actual se produjera ningún cambio, ni siquiera para bien; se llega a un momento en que lo que se busca es la continuidad; son las once y treinta y ocho minutos de la noche, mañana, como cada día de la semana menos el domingo, madrugo para ir a trabajar, mi hija se ha quedado dormida en el sofá, los ojos se me cierran y los dedos ya son incapaces de acertar la tecla adecuada como para poder seguir escribiendo con una mínima coherencia; así que antes de seguir diciendo alguna tontería más me despido, me disculpo por no poder contestar a todos vuestros comentarios por falta material de tiempo y a todos aquellos que tengan la posibilidad de leer estas palabras, un abrazo.

13 comentarios:

  1. Me alegro que estés contento, que independientemente del tipo de entrenamiento, te sientas satisfecho. Eso es muy importante. Sigue así de animado, que has cogido rápido la mejor senda.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. ¡Querer es poder! tú los has dicho, en unas ocasiones el cuerpo cansado, nos pide tregua y la mente le hace proseguir, para después el cuerpo agradecer que no le dejase vaguear. Otras es a la inversa, y entre cuerpo y mente vamos salvando sesiones que al final nos hacen sentir mejor. Un saludo Manuel ( ya me gustaría a mi poder meterme esos rodajes).

    ResponderEliminar
  3. Todo lo vas superando.
    Seguro que quedan algunas cosas por hace pero esas también pasaran rápido. Es lo que tiene ser corredor, sabes que el camino pasa rápido, aunque sea duro.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  4. Como se nota la experiencia. Poco a poco vas recuperando tus sensaciones y tus ritmos. Que no decaiga la fiesta

    Un fuerte abrazo ahora que ya se puede.

    ResponderEliminar
  5. Estoy contigo Manuel, casi todo en esta vida si te lo propones y lo encauzas por el sendero adecuado, se consigue.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Un abrazo manuel tus zancadas ahora son mis zancadas y la de todos los lesionados como yo que te seguimos.

    ResponderEliminar
  7. Tiempo, lo que nos fata siempre es el tiempo, lo que no sobra nunca siempre es el tiempo...

    Bueno, ¡Que envidia me das si acabas siempre con benas sensaciones! Yo no, francamente si digo otra cosa miento, pero creo que entra dentro d lo normal. Lo verdaderamente horroroso es cuando sales y a los diez minutos estás pensando en darte la vuelta.
    Vencer esa tentación es peor.

    ResponderEliminar
  8. Ojalá que sigas así disfrutando y sintiendote tan satisfecho siempre,¿que son unas pocas agujetas?

    ResponderEliminar
  9. Totalmente de acuerdo, cuando acabas un entrenamiento las sensaciones siempre son buenísimas.

    ResponderEliminar
  10. Manuel, de corazon te lo digo, me alegro por ti, porque se te va viendo en tus palabras que te sientes bien y recuperado.
    animo Manuel

    ResponderEliminar
  11. A mí también me ocurre muchas veces lo mismo. Qué fuerza de voluntad tienes y que rodajes te marcas, felicidades, un besazo grande

    ResponderEliminar
  12. Como me gustan tus posts, suerte y ánimo,
    FER

    ResponderEliminar