Dieciseís kilómetros con no muy buenas sensaciones en el cuerpo, respirando con cierta dificultad al principio, sintiéndome las piernas cansadas y pesadas; el corazón, sus latidos, desordenados y fuera de concierto; la cabeza cabreada, la mente descontenta, no he corrido bien, no he trotado a gusto, he tenido que pararme en dos ocasiones y he llegado a casa más cansado que de costumbre. Paciencia. Los días malos también existen. La grata sorpresa de la tarde ha sido encontrarme con Mildolores corriendo por el Paseo marítimo de Vilanova.
el encuentro con mildolores parece un relato ironico debido a tus malas sensaciones pero resulta que es un homoruner tambien,que casualidad,no?.un abrazo manuel,hay dias mejores y dias peores,que le vamos a hacer.
ResponderEliminarEs solo un borrón, tu costancia y tus números son impresionantes.
ResponderEliminarHola Manuel, tu lo has dicho, los malos entrenamientos tambien existen, paciencia..
ResponderEliminarJoder, te encuentras con mildo en Vilanova y yo que entreno por Madrid llevo queriendo coincidir con él más de un año...lo que son las cosas.
Un saludo
Quique
Saludos, Manuel. Gracias por tu visita. Nos vemos por aquí. Antes nadie quería encontrarse con mildolores, pero ahora la cosa cambia. Dice el gran Marcel Zamora que dos buenos entrenos siempre son sucedidos por uno malo. Animo.
ResponderEliminarComo dijo aquel compañero, los dias malos se olvidan, los buenos no.
ResponderEliminarSaludos y a seguir asi.
Espero convertirme en talismán para los exitos de los homorunners de estos blogs.
ResponderEliminarPero podeis estar tranquilos Mildolores es marca de uso personal e intransferible, por lo que no resulta contagioso. Es más , como apuntan por ahí, quizá resulte todo lo contrario. Ojalá.
Manuel, hoy también saldré, pero me temo que tendrá que ser a las 17 horas (con toda la fresca, ya ves) y salvo cambio de última hora no sé si podré estar a eso de las 20 en la torre que dijimos. En fin, lo dicho, me conformo con haberte conocido. Ayer cuando te dije que hay gente con la que llevo un año blogeando y no hay forma de vernos precisamente pensaba en Quique.
Manuel, esos días malos también nos acompañan, no te preocupes. Un abrazo
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